Todo empezó cuando Angelica viajó al extranjero para una visita al convento de Santa
Clara en España. Allí estuvo un año y en ese año la trataron estupendamente,
pero un día mientras comía con las demás monjas del convento sucedió algo, una
de ellas enfermó y ninguna sabia el porque, muchas decían que podía haber sido
la comida, otras que Dios la había castigado por sus numerosos pecados, ya que
esta mujer llevaba mucho tiempo sin confesarse. Al cabo de un tiempo la monja
seguía enferma y la enfermedad iba cada vez a más hasta que un día Angelica decidió cuidarla ella
misma ya que ninguna otra monja se atrevía hacerlo por miedo a estar igual que
ella. Angelica en su convento en
Italia aprendió hacer un té de plantas medicinales el cual se lo dio a la
enferma. Esto lo hizo durante un mes todas las mañanas, tarde y noches Angelica le daba su té para que
se recuperara pero este no hacia el efecto que se esperaban. La monja cada vez
y va poniéndose peor hasta que una noche cuando Angelica entro en la habitación para darla el té se encontró allí
con el doctor Ramírez el cual la estaba tomando el pulso, esta había
fallecido...